Las Cervezas Trapenses: Tradición, Fe y Excelencia en Cada Gota


Las cervezas trapenses son mucho más que una bebida; son el testimonio vivo de una larga tradición monástica que fusiona el arte cervecero con una filosofía de vida basada en la fe, el trabajo honesto y el compromiso con el bien común. Elaboradas en los claustros de monasterios regidos por la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, estas cervezas representan la síntesis perfecta entre la rigidez de la tradición y la creatividad artesanal en un mundo en constante cambio.

El Origen y el Significado de la Tradición Trapense:
La palabra “trapense” no es meramente una etiqueta comercial; es un emblema de autenticidad. La elaboración de cerveza en los monasterios se instauró durante la Edad Media, cuando el trabajo manual y la autosuficiencia eran pilares fundamentales para el sustento de las comunidades monásticas. Los monjes, dedicados a una vida de oración y meditación, encontraron en la elaboración de cerveza una actividad que les permitía no solo suplir sus necesidades básicas, sino también generar recursos para el mantenimiento del monasterio y financiar obras benéficas en la comunidad.
La autenticidad trapense se rige por parámetros muy precisos: la producción debe hacerse dentro de las murallas del monasterio, con una participación significativa de los monjes, y los beneficios deben reinvertirse en la comunidad o en fines filantrópicos. Este modelo de economía y compromiso social es uno de los pilares que diferencia a las cervezas trapenses de las producidas en entornos puramente industriales o comerciales.

Raíces Históricas: Del Mosto Monástico a la Excelencia Cervecera:
El arte cervecero monástico tiene sus orígenes en el medievo, en una época en la que el conocimiento se resguardaba en los monasterios. En esos claustros, el cultivo de la malta, el cuidado del lúpulo y la crianza de la levadura se convirtieron en tareas casi sagradas, transmitidas de generación en generación. Este saber ancestral permitió que los monjes no solo produjeran una bebida nutricionalmente adecuada, sino que también transformaran la cerveza en un símbolo de laboriosidad y devoción.
A lo largo de los siglos, la cerveza trapense fue evolucionando, adaptándose a nuevos conocimientos científicos y técnicas de fermentación sin perder jamás su esencia. De un proceso de supervivencia nació una tradición reconocida y admirada en el mundo entero. Algunas de las cervecerías trapenses más emblemáticas –como Westmalle, Chimay, Orval, Rochefort, Westvleteren y La Trappe– han logrado establecer un legado que trasciende fronteras y se ha convertido en sinónimo de calidad y autenticidad.

El Proceso de Elaboración: Ciencia y Espiritualidad en Armonía
Elaborar una cerveza trapense es un ritual que une ciencia y arte. Todo comienza con la selección minuciosa de ingredientes locales y de alta calidad. La malta, que aporta el cuerpo y la dulzura; el lúpulo, responsable del amargor y la conservación; y la levadura, clave en la transformación fermentativa, son elegidos con esmero para garantizar un perfil sensorial inigualable.

Cada etapa está imbuida de la meticulosidad y el rigor que caracterizan a estas instituciones. La precisión casi ritual del proceso es el reflejo de una vida dedicada a la perfección, en la que cada lote es tratado como una obra de arte que encapsula siglos de tradición y devoción.

Diversidad de Estilos: Un Universo de Sabores:
Una de las facetas más atractivas de las cervezas trapenses es la diversidad de estilos y perfiles sensoriales que ofrecen. Aunque todas comparten una base común en cuanto a la calidad y el método de elaboración, cada una posee una identidad única que la diferencia:

Ejemplos reconocidos internacionalmente, como la legendaria Westvleteren 12, han alcanzado el estatus de mito entre aficionados y expertos. Su escasez y la mística que rodea su producción contribuyen a que cada sorbo se perciba como una experiencia casi espiritual, donde la calidad se une a la exclusividad.

La Ética Trapense: Un Modelo de Economía Social y Sostenible:
Detrás de cada botella de cerveza trapense se esconde también un profundo compromiso ético y social. Los monjes dedican sus esfuerzos a una producción que, lejos de buscar el lucro desmedido, se orienta hacia el sustento del monasterio y la ayuda a los más necesitados. Esta filosofía se refleja en la certificación “Producto Trapense Auténtico”, que garantiza que los beneficios obtenidos se destinan a obras benéficas y al mantenimiento de la vida monástica.
Este modelo, que combina excelencia artesanal y un propósito solidario, destaca en una época en la que la producción masiva y la industrialización parecen prevalecer. La cervecería trapense se erige así como un faro de responsabilidad, enseñándonos que es posible crear bienes de alta calidad sin renunciar a principios éticos fundamentales.

Innovación sin Renunciar a lo Tradicional
El equilibrio entre tradición e innovación es uno de los rasgos que han mantenido viva la esencia de las cervezas trapenses a lo largo de los siglos. A pesar de la modernización y la adopción de técnicas científicas que optimizan el proceso productivo, los monjes se han mantenido fieles a aquellos métodos transmitidos de sus antepasados. Esta integración de lo antiguo y lo nuevo garantiza que cada cerveza siga siendo un reflejo genuino de la herencia monástica, sin caer en la tentación de la producción en masa.
En ocasiones, las innovaciones se introducen de forma sutil: el uso de nuevos tipos de lúpulo, ajustes en la temperatura de fermentación o ligeros cambios en la maduración, siempre respetando la esencia y la identidad que definen a cada cerveza. Este dinamismo controlado permite a las cervezas trapenses adaptarse a los paladares contemporáneos sin sacrificar la calidad ni la autenticidad que las han hecho famosas en todo el mundo.

La Experiencia del Consumidor: Un Viaje Sensorial y Espiritual
Degustar una cerveza trapense va más allá de apreciar un producto elaborado con esmero; se trata de embarcarse en un viaje sensorial que conecta con una historia milenaria. Cada botella cuenta la crónica de un lugar, de manos dedicadas y de un espíritu que ha sabido perpetuar tradiciones. Al convivir con sus aromas y sabores, el consumidor es transportado a esos claustros donde el silencio, la oración y el laborioso arte cervecero se unen en una manifestación de perfecta armonía.
Compartir una cerveza trapense, ya sea en la intimidad de una reunión familiar o en un entorno especializado para degustaciones, invita a la reflexión y al diálogo sobre la importancia de la calidad y el compromiso social en la producción de bienes culturales. Así, este producto se transforma en un puente entre el pasado y el presente, recordándonos que en cada sorbo podemos hallar el eco de una tradición que ha sabido resistir el paso del tiempo gracias a una pasión inquebrantable.

Fernando Esteban Esteban ACCNR

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Taller de defectos en cerveza Octubre 2024 ACCNR:

El pasado día 19 de Octubre de 2024 la ACCNR realizó un taller de defectos en cerveza usando el AROMA KIT de la Cabra. Con una duración de dos horas 12:30-14:30.

Un kit de defectos muy interesante por la gran cantidad defectos en el kit lo que lo dota de una gran duración permitiendo realizar varias catas con él:

Durante la jornada impartida por Mikel Garrués Loizu (El retrogusto es mio). Organizada por actividades. ACCNR. (Augusto Nogués); Se pudieron evaluar los siguientes 15 defectos:

Dimetil Sulfuro (DMS): Olor a verduras cocidas, berberechos enlatados y en cervezas oscuras, puede recordar al zumo de tomate. Se origina a partir de la malta principalmente durante el macerado. Normalmente se considera un defecto aunque son aceptables niveles muy bajos en algunos estilos de cervezas de baja fermentación. Un hervido vigoroso con la olla abierta, un rápido enfriamiento del mosto tras el hervido, así como un buen protocolo de limpieza ayudarán a evitarlo.

Diacetilo: Olor a mantequilla, en bajas cantidades se puede confundir con aportaciones caramelizadas. Subproducto generado por la levadura en su etapa inicial de fermentación. Es aceptable en algunos estilos de alta fermentación británicos, Pils de la República Checa, así como en cervezas que han experimentado una larga maduración. Pero cuando aparecen niveles muy altos suele indicar problemas en la fermentación e incluso contaminaciones bacterianas.

Acetaldehído: Olor a manzanas verdes. Cuando aparece en grandes cantidades se parece a la sidra y puede confundirse olfativamente con el acético. Generalmente se considera un defecto, especialmente cuando aparece en altos niveles. Es un producto intermedio generado durante la fermentación primaria y que debe desaparecer durante la fermentación secundaria. Claro indicador de una cerveza verde o inmadura. Una adecuada tasa de inoculación de levadura, una buena oxigenación del mosto previa la fermentación y una adecuada maduración de la cerveza joven, son las mejores estrategias para minimizar su aparición.

Ácido acético: Olor y sabor ácido, vinagre. En boca genera una acidez punzante. Cuando es claramente perceptible se considera un defecto en la mayoría de casos, con la excepción de aquellos estilos que son deliberadamente ácidos se genera siempre durante la fermentación, pero niveles altos de ácido acético pueden provenir de la oxidación del alcohol por parte de las baterías de los géneros Acetobacter, Acetomonas y también por parte de otras bacterias sin dudas salva se recomienda probar la cerveza tratada con este descriptor, con la finalidad de diferenciar los gustativamente de la acidez láctica.

Ácido láctico:Prácticamente inodoro, imparte una acidez que se debe distinguir de ACIDEZ ACÉTICA por el aspecto redondo y bien repartido en la boca. Su aparición suele provenir de la actividad de bacterias lácticas (lactobacilos y pediococcus). No se considerará un defecto cuando se trae vestidos deliberadamente ácidos en otros casos puede aparecer  por deficiencias en la higiene y desinfección de equipos. Lactobacillus está presente en la malta, de modo que restos de polvo de la molienda pueden favorecer la aparición de la acidez láctica al igual que en el caso del ácido acético, se debe probar la muestra tratada para familiarizarse gustativamente con este tipo de acidez.

Acetato de etilo: Olor afrutado, esteres, disolvente. Generado por el metabolismo de la levadura, está siempre presente en la cerveza. En pequeñas cantidades aporta un carácter afrutado. En grandes concentraciones se considera un defecto (olor a disolvente). Altas temperaturas de fermentación favorecen su formación.

Acetato de isoamilo: Olor a plátano, y en ocasiones manzana y/o pera. En pequeños niveles es un aroma frutal característico de algunos estilos como las Weizen Alemanas. También es frecuente en cervezas muy alcohólicas. En grandes concentraciones puede indicar temperatura de fermentación demasiado alta, mosto poco oxigenado o levadura estresada.

Butirato de etilo:

•Butirato de etilo, también conocido como butanoato de etilo, o éter butírico, es un éster que se produce en la cerveza como resultado de la esterificación del ácido butírico con el etanol. Se puede percibir como un aroma ligeramente caseoso y afrutado de frutas tropicales (mango, piña).

•Se forma en la cerveza durante la fermentación (principalmente en cervezas belgas). Puede ser deseado en pequeñas concentraciones, pero en una concentración muy alta se considera un defecto. Su presencia en la cerveza también puede ser indicativa de problemas con la higiene durante la elaboración y fermentación, o del uso de jarabe de azúcar que no ha sido debidamente esterilizado. En el resultado, en el mosto o en la cerveza joven aparece ácido butírico, el precursor del butirato de etilo.

•¿Por qué aparece en la cerveza?

•producción del butirato de etilo durante la fermentación.

•Infección.

•uso de los lúpulos de nueva generación.

Ácido butírico:

•DEFINICIÓN TÉCNICA: característico olor al vómito de los bebés, alimentados principalmente con leche.

•Ácido butírico aparece en la cerveza como resultado de una infección durante la elaboración (habitualmente con Clostridium) o tras utilizar jarabe de azúcar que no ha sido correctamente esterilizado. Las bacterias pueden producirlo también en la cerveza ya embotellada.

•Se origina por contaminación (que puede darse en diferentes puntos del proceso de elaboración) principalmente por bacterias del género Clostridium una higiene deficiente en grifos, tiradores y líneas de servicio puede ser también la causa de su aparición en el punto de consumo.

Ácido Isovalérico:

•Olor: olor a queso, pies sudor. Queso podrido, queso viejo, queso azul, lúpulo viejo, sudor, vestuario de gimnasio.

•Umbral de percepción: Concentración típica en la cerveza: 0,2-1,5 mg/l
Umbral de percepción: 0,7-1 mg/l, perceptible por casi todos (98% de la población), aunque el umbral de percepción depende de las predisposiciones genéticas y puede ser más alto para algunas personas

•NO Aceptable: SIEMPRE ES UN DEFECTO

•SE ORIGINA POR: La fuente del ácido isovalérico son alfa-ácidos que se oxidan en el lúpulo almacenado incorrectamente/durante tiempo prolongado o en la cerveza elaborada. En general se considera un aroma negativo, pero en algunos estilos como por ejemplo las lambic puede ser deseado.

Clorofenoles:

•DEFINICIÓN:

•Clorofenol es un contaminante, su presencia en la cerveza siempre significa que ha sido introducido durante el proceso de elaboración. En la mayoría de los casos los consumidores no tienen problemas en identificarlo, incluso sin conocimientos de evaluación sensorial, ya que su aroma es muy característico y habitualmente se describe como “olor a hospital”

•FACTORES QUE INFLUYEN EN PRODUCCIÓN:

•Agua clorada:

•Solo cloro libre: hervido, reposo en abierto.

•Cloraminas: metabisulfito de potasio,  filtros de carbón activo.

•Desinfectantes con base de cloroà preparación solución adecuada, aclarar bien.

Oxidación:

•DEFINICIÓN:

De olor variable según el tipo de oxidación. Si se presenta como cartón o papel mojado, o incluso olor a polvo (consecuencia de oxidación a temperaturas por encima de los 12 °C).

Debemos considerarlo siempre un defecto. Otro tipo de oxidación que no esté relacionado con el trans-2-NONEAL, se produce a temperaturas inferiores a los 12 °C y se considera positivo en algunos estilos de cerveza que requieran envejecimiento o algunas hidromieles. Para evitar la oxidación se debe minimizar el contacto de la cerveza recién fermentada con el oxígeno.

•FACTORES QUE INFLUYEN EN PRODUCCIÓN:

•Oxidación en todas sus formas.

•Contaminación (Brettanomyces spp).

•Temperatura de guarda.

•Antioxidantes naturales: polifenoles, melanoidinas, SO2

Sulfuroso:

•DEFINICIÓN TÉCNICA:

Olor a cerillas es aceptable en estilos que se han desarrollado con aguas muy sulfurosas concretamente en los que se originaron en Burton upon trent y Dortmund. Aunque sea aceptable coma nunca lo es en elevadas concentraciones. Para evitar su aparición es conveniente usar aguas con poco azufre, o en caso de modificación de las aguas coma vigilar la cantidad de azufre que se aporta con las sales añadidas.

Brettanomyces:

•PERFIL SENSORIAL:

•Olor: establo, cuero o piel, sudor de caballo, especiado, humo, medicinal…

•En boca: similar a la percepción olfativa, astringencia en ocasiones.

•Umbral de percepción 300 mcg/l

•Aceptable: fermentaciones mixtas, recreaciones estilos históricos ingleses (siglo XVIII, XIX y XX temprano).

Mofeta (Skunk):

•PERFIL SENSORIAL:

•Olor: OLOR A MOFETA.

•En boca: similar a la percepción olfativa, astringencia en ocasiones.

•Aceptable: DEFECTO CONTAMINACIÓN.

•En pequeñas cantidades, el mercaptano permite identificar un aroma a azufre. En cambio, en altas cantidades el aroma es de verduras o huevos podridos, o incluso de mofeta.

•Motivos: autolisis durante la maduración; dudosa calidad de la levadura; exposición del lúpulo a la luz solar (los alfa ácidos se descomponen y reaccionan con el sulfuro de hidrógeno que origina la levadura, creando mercaptano) GÒLPE DE LUZ.

•Soluciones: evitar el contacto directo de la cerveza con cualquier tipo de luz durante la fermentación; usar botellas oscuras para el embotellado; usar de extracto de lúpulo isomerizado.

Para finalización del evento se cataron varias cervezas caseras para la evaluación de sus defectos. Seguido de una comida posterior, en el Retrogusto es Mio.

ACCNR Fernando E.

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CHARLA CON: JOAN MONTASELL (LALLEMAND) SOBRE LEVADURA VERDANT

El martes 6 de abril, a las 19:00, tendremos la oportunidad de tener una charla online con Joan Montasell, de Lallemand, sobre la levadura Verdant.

Joan Montasell es el Technical Sales Manager de Lallemand en España, habiendo trabajado anteriormente en Haandbryggeriet (Noruega), y también como Técnico I+D en Mahou-San Miguel, además de haber obtenido el Diploma in Brewing del IBD (Institute of Brewing and Distilling).

Joan nos hablará del origen de la cepa, su descripción, trucos y sugerencias. La duración aproximada será de 45min./1 hora y, salvo cambio que notificaríamos con suficiente tiempo, será en la aplicación Zoom. La actividad está promovida por ACCNR pero en abierto a todo el mundo que quiera conectarse.

Para calcular, más o menos, para cuantos personas es la charla, necesitamos que os inscribáis, simplemente dándole a «sí» en la siguiente encuesta:

INSCRIPCIÓN PARA LA CHARLA ONLINE DE JOAN MONTASELL SOBRE LEVADURA VERDANT

  • (100%, 15 Votos)

Votantes totales: 15

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*El límite de inscritos será de 30 personas y con preferencia para los socios de ACCNR.

*Unos días antes se facilitará la información necesaria para conectarse a la sala de Zoom (o equivalente) para disfrutar de la actividad.

* Para poder inscribirse es necesario estar logueado en la web.

ACTUALIZACIÓN:

Os ponemos la charla online